lunes, 22 de octubre de 2012

BULIN EN LAS UNIVERSIDADES

Muchos piensan que la universidad y etapas más avanzadas de nuestra vida cosas como que “te molesten en la escuela” o
bullying, simplemente no pasan; que somos maduros, tolerantes y con intereses y responsabilidades más apremiantes que acosar al prójimo para sentirnos mejor o más importantes. Un estudio realizado por Mark Chapell, Diane Cassey, Carmen de la Cruz,  entre otros colaboradores y publicado en un diario estadounidense, demuestra que no  es así.


Mientras estos expertos afirman que, efectivamente, la intensidad y frecuencia del bullying es menor en cuanto mayor es el grado escolar o la edad de los sujetos, este fenómeno no es ajeno incluso al lugar de trabajo, sin embargo presenta algunas variaciones. ¿Mejor o peor? Eso depende de si eres
bully o es a ti al que le aplican este tratamiento.
Se tomó como base la definición de bullying  manejada por Olweus, un estudioso noruego que se dedicó a observar esta conducta en chicos de escuelas secundarias desde aproximadamente los años 70. Olweus dice que “se trata de un comportamiento agresivo o hiriente e intencional que se lleva a cabo en repetidas ocasiones y a través del tiempo, en una relación interpersonal caracterizada por un desequilibrio de poder”.

Según este mismo, la intimidación puede darse en tres formas de “acciones negativas" perpetradas por los estudiantes: ataques verbales,  ataques físicos  y de manera más indirecta, por métodos psicológicos (como  deliberadamente excluir a un estudiante de una grupo social, etc.).

Estos  investigadores obtuvieron resultados de una muestra de estudiantes considerable, provenientes de etnias, trasfondos sociales y familiares variados (aunque aquí el predominante es que los estudiantes provenían de familias estables) que contestaron cuestionarios sobre ser sometido y aplicar el bullying. Aquí, también se incluyó a maestros como individuos con mayor poder que la víctima, pues en el nivel universitario se ha observado que estos también son bullies.

El alarmante resultado de los estudios mostró que más del  60% de los estudiantes han observado a un estudiante ser molestado por otro, y más del 44% ha visto a un maestro atacar de este modo a uno de sus alumnos. Más del 6% de los estudiantes reportaron haber sido atacados por un estudiante, ocasional o muy frecuentemente y casi 5%, reporta haber sido víctima de este abuso por un profesor de manera ocasional o frecuente, mientras 5% de los estudiantes asegura que han sometido a sus compañeros al bullying aunque sea una vez.



Otros datos interesantes desprendidos de este estudio confirman que la mayor cantidad de abusos bullying ocurre en la escuela secundaria y que los hombres son más propensos a esta práctica que las mujeres; además, el abuso físico es más recurrente en chicos, mientras que las niñas y mujeres prefieren recurrir a insultos y abusos psicológicos. El grado del daño infringido en los sujetos, las secuelas físicas o psicológicas de estos abusos no fueron evaluados, aunque las encuestan arrojan que los jóvenes victimizados no disfrutan del abuso y  se apenan al tener que hablar sobre ello.

  


Lo que sí se corroboró es que una vez que el bully se gradúa de preparatoria y universidad, es probable que siga haciéndolo en etapas posteriores y que este sujeto, muy probablemente, fue víctima de maltrato por parte de compañeros o maestros que le han servido de modelo a seguir o de “incubadora para desquitarse”. A esto se debe la razón de los “vengadores de la clase”, aquellos que disparan a sus compañeros en venganza por agresiones pasadas o alumnos suicidas, según el estudio efectuado en Estados Unidos, National Household Education Survey.

Cabe añadir que como consecuencias de la nueva era digital y de nuevo, el cambio de las sociedades, otro tipo de bullying ha surgido: el llamado cyberbullying, que consiste en herir a una persona a través de mensajes ofensivos por internet y otros medios electrónicos. El cyberbullying puede implicar desde ofender al individuo por medio de mensajes o aislarlo de un grupo social en internet, hasta quebrantar alguna cuenta de internet de la víctima para borrar o fingir aspectos de su identidad. Esto, tristemente, también se da en adultos económicamente activos.

En lo que todos estos estudios coinciden es que muy pocas veces alguien ha hecho algo para evitar que un compañero sea sometido a cualquiera de los abusos mencionados y que muchos teman mencionar su situación o defenderse de ella, por temor a empeorar la situación. En resumen, el bullying está presente en la universidad y en la edad adulta, y con una frecuencia en aumento que atrae la atención de estos investigadores.

¿Qué hacer para evitarlo? Los estudios no lo mencionan, pero dada la variedad de psicologías y subjetividades en los individuos el método dependerá de cada uno. En cuanto al perpetrador, hay una esperanza para los abusados, ya que estos estudios sí demuestran que aunque se vea lejano el resultado, las chicas pesadas y los deportistas golpeadores sí terminan mal; en la cárcel, en empleos poco satisfactorios y relaciones destructiva

Así que la chica que no es tan bonita pero que convence a los demás de aislarte o  aquel que no es la gran cosa pero se encarga de rebajar a otros, no sólo existen en las películas, pero sí como en ellas, tienen problemas que quizás jamás solucionarán. ¿Y tú, eres de los que siguen con su vida o de los traumados?












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